Intimidados e indefensos. Así es como se sienten los taxistas de L'Alcoià y El Comtat después de que un taxista sufriera ayer la rotura de la luna de su vehículo en el aeropuerto de El Altet, donde había estacionado para recoger a unos clientes y llevarlos a Cocentaina. Este nuevo incidente confirmó que el conflicto entre los trabajadores de Elche y el resto de municipios sigue candente. Los afectados aseguran que cumplen con la ley y ayer anunciaron que adoptarán medidas para poder seguir trabajando.

La polémica en el aeropuerto de El Altet obligó hace dos meses a que el Consell aprobara una instrucción por la que los taxistas de fuera de Elche solo pueden operar en el recinto con la autorización de la propia Administración autonómica. Para ello, los que solicitan permiso deben tener la licencia en vigor y el destino tiene que ser el del origen del taxi. Asimismo, la Generalitat se comprometió a extremar la vigilancia ante la oleada de amenazas e incidentes producidos en el aeropuerto.

No obstante, la guerra continúa abierta. Y es que mientras los taxistas ilicitanos denuncian que el problema sigue sin solucionarse, los trabajadores foráneos les acusan de intimidación y agresiones a pesar de cuentan con los permisos pertinentes para realizar sus servicios.

Es el caso de Ginés García, taxista del área de L'Alcoià y El Comtat, que ayer por la mañana sufrió un incidente cuando estacionó su vehículo en el aparcamiento del aeropuerto para recoger a unos clientes. «Fui a buscar a unos clientes que venían de Rusia y que tenía que llevar a Cocentaina para asistir a una conferencia, y cuando regresamos al coche tenía un cristal reventado», detalla Ginés. En este sentido lamenta que, «estas personas han tenido que esperar a que yo formalizara la denuncia pertinente, llevándose esta imagen de España por culpa de cuatro energúmenos baratos que se han adueñado del aeropuerto y están imponiendo su ley».

No es el primer episodio violento que sufren los profesionales de estas comarcas. García dice que con anterioridad «nos han tirado huevos, insultado, amenazado y quitado a nuestros clientes; están jugando con el pan de nuestros hijos pese a que nos ampara la ley, y lo peor es que no tenemos constancia de que hayan impuesto sanciones a estas personas, a las que deberían retirarles la licencia y llevarlas a la cárcel».

Los profesionales de L'Alcoià y El Comtat han recibido el apoyo del presidente de los taxistas de la Comunitat Valenciana y del propio Ayuntamiento de Alcoy, quien se ha comprometido a mantener una nueva reunión con los responsables del Consistorio ilicitano para poner fin a esta situación.

«Ya no aguantamos más, sólo queremos trabajar, por lo que estamos dispuestos a adoptar las medidas que sean necesarias para defender nuestros derechos antes de que a alguien se le crucen los cables y acabemos matándonos unos a otros», apunta Ginés García. Por último, indica que «El Altet es el único aeropuerto de España en el que ocurre esto, y pese a la presencia policial y de cámaras, nadie hace nada para evitarlo».

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