El cierre de la gasolinera de Planes, unido al registrado años atrás en Alpatró, ha dejado la carretera comarcal Muro-Pego sin servicio y, consiguientemente, a los dieciocho núcleos poblacionales a los que se accede a través de esta vía de comunicación. Se trata de 41 kilómetros repletos de curvas y pendientes a través de los valles y montañas que conectan las comarcas de El Comtat y la Marina Alta, en los que ahora resulta imposible encontrar combustible. El problema ha suscitado el malestar de los vecinos, al tiempo que ha propiciado casos de vehículos que se han quedado «secos» en busca de una gasolinera que todavía creían operativa.
La carretera comarcal CV-700, que conecta Muro y Pego, es un sinuoso trazado de 41 kilómetros de longitud que se tarda un mínimo de una hora en recorrer debido a las numerosas curvas y pendientes. También es una vía de comunicación de vital importancia para numerosos pueblos y pedanías situados en las montañas y valles de El Comtat y la Marina Alta.
Esta carretera atraviesa Benimarfull, Planes, Alpatró, La Carroja, Benissivà, Benialí y l'Atzúvia, y también se utiliza para acceder a Benillup, Almudaina, Benialfaquí, Catamarruc, Margarida, Alcalà de la Jovada, Beniaia, Benisili, Benitaia, Benirrama y Forna. Nada menos que dieciocho núcleos poblacionales que se han visto afectados, en mayor o menor medida, por el reciente cierre de la gasolinera.
Evidentemente, las localidades situadas hacia ambos extremos de la comarcal tienen menos problemas, toda vez que sólo tienen que acercarse a Muro o Pego para poder repostar. Sin embargo, la complicación es mayor para las ubicadas a mitad de recorrido, que deben recorrer ahora muchos más kilómetros.
La carretera llegó a contar en su momento con hasta dos gasolineras. Sin embargo, años atrás ya cerró la situada en Alpatró, en plena Vall de Gallinera, y ahora ha hecho lo propio la de Planes, en el corazón de El Comtat.
El alcalde de este último municipio, Francisco Javier Sendra, reconocía que la clausura ha supuesto un problema. «Evidentemente indicaba nos hemos quedado sin servicio, lo que obliga a los vecinos a desplazarse más kilómetros para repostar y a tener un mayor control del depósito».
Para los visitantes también se ha convertido en un inconveniente, que en algunos casos ha venido acompañado por una desagradable sorpresa. Y es que confiando en que la gasolinera seguía operativa, los vehículos han llegado a quedarse sin combustible.
Los agricultores son otros de los damnificados, ya que según el alcalde, «están teniendo que recurrir a instalar depósitos en sus propiedades y a solicitar el combustible a través del servicio a domicilio». Sendra expresó su confianza en que la estación de servicio todavía pueda reabrir.