A Vicente Belda se le entiende muy bien cuando habla, porque lo hace con mucha claridad. El excorredor y exdirector nacido en Alfafar (Alicante), el 12 de septiembre de 1954, aunque lleva toda su vida viviendo en Cocentaina, ha estado en San Sebastián para acompañar a su yerno, el excorredor Javier Cherro, que trabaja con la empresa Bioracer en la zona de Levante.

- ¿Qué hace Vicente Belda en la actualidad?
- Nada, mejor dicho, intentar vivir, sobrevivir. ¿Con la edad que tengo a dónde vas? Estoy rebuscando cosas. La vía colombiana de trabajo se me cerró, aunque allí me aprecian. Con lo de la Operación Puerto han querido acuchillarme y, lógicamente, había gente allí que no lo veía con buenos ojos. Mira, este año he visto la Vuelta a España por televisión. No tenía muchas cosas que hacer, cortar el césped, limpiar la piscina. Con eso me entretengo.

- ¿Cómo llevó todo el juicio de la Operación Puerto?
- La fechas previas al juicio lo pasé muy mal. No sabes el escenario que te vas a encontrar. El primer día del juicio fue horroroso por la aglomeración de medios informativos que había. Intentaba pasar desapercibido, pero claro, no pasas desapercibido. Cuando hice mi declaración, que duró dos horas y media, me quité un peso de encima. Luego estuvo el tiempo que pasó hasta que se conoció la sentencia. Lo he pasado mal, de verdad. No fuí a recoger la sentencia. Viendo los twitters que ciertos periodistas estaban escribiendo antes del juicio y luego el juicio han sido cinco meses que no se los deseo a nadie. Menos mal que me refugié en la familia y los amigos.

- ¿Piensa que la Operación Puerto le ha marcado?
- ¿Marcarme? Han sido siete años de marcaje total. Tengo muy claro que Belda nunca volverá al ciclismo, al menos al español. Estoy muy marcado y hay gente que no me dejaría. Igual en el méxicano o en el tailandés podría, pero aquí es imposible que lo haga. No podría sacar ni un equipo de aficionados.

- ¿Cómo está su situación después del juicio de la Operación Puerto?
- Yo no he tenido la acusación de la Fiscalía. Sólo he tenido dos recursos, el de la Abogacía del Estado y el de la Federación Española, que se sumó al otro. No sé, igual hay algún político al que le interesa que yo esté metido ahí. He perdido mucho dinero con ese juicio. Durante siete años no he tenido ingresos y he tenido que pagar a los abogados. Tengo la conciencia muy tranquila.

- ¿Por qué dice lo de la conciencia?
- Sigo diciendo lo que he dicho siempre. Dicen que había doscientas bolsas de sangre. Ninguna de ellas era de un corredor dirigido por mí. Les dije que las cotejasen y no quisieron. ¿Qué ha sido de aquellos corredores? Los 58 que aparecieron en la lista dejaron de correr. Varios se fueron a trabajar en la construcción. Tenían 24 o 26 años y tuvieron que dejar de correr. Prohibieron a los equipos profesionales que los fichasen.

- ¿Se lo prohibieron?
- Recomendaron a los equipos que no los fichasen, de forma sibilina, por detrás. Les decían 'si fichas a éste no corres'. Es algo público y conocido, incluso quién lo decía.

- ¿Y quién lo decía?
- Tienen nombres y apellidos y se saben en el mundo del ciclismo.

- ¿Se puede decir que su vida ha cambiado?
- De forma total. A raíz de lo que ganas, gastas. A nivel económico me ha cambiado al cien por cien. No éramos una familia de quemar el dinero, pero íbamos de vacaciones, como todo el mundo, salíamos. Eso ha cambiado drásticamente. De salud ya ves cómo estoy (se le ve bien).

- ¿Cómo ve el ciclismo en este país?
- Ahora, con serios nubarrones. En este país nadie hace nada por el ciclismo. Pensaba que cuando hubo cambio de Gobierno sacarían la ley de mecenazgo, pero nada. En la Comunidad Valenciana la base del ciclismo se ha resentido mucho. Los chavales necesitan a alguien en quien mirarse. Antes tenían a Indurain y Perico. Ahora también hay grandes ciclistas y son un espejo, pero detrás de ellos no veo a muchos. Yo he visto correr a doscientos profesionales en este país, con once o doce equipos. Se corría por todo el mundo. Achacan el problema al dopaje, que puede tener algo o mucho que ver, pero hay más cosas.

-¿Qué cosas?
-Antes de todos los escándalos que se produjeron había mucho dinero público en el ciclismo. Ahora han desaparecido el dinero público y el privado y eso afecta a las carreras, a los equipos. Con la desaparición de la antigua Unipublic el ciclismo comenzó a morirse poco a poco. Hoy haces un equipo normal y ¿dónde te ven? Yo lo viví en 2007 con Fuerteventura. Hay muy pocas carreras. No hay equipos para dar la oportunidad a los jóvenes. De la cantidad sale la calidad y ahora no hay cantidad, ni equipos para dar oportunidades a los jóvenes.

- ¿Hay corredores jóvenes con proyección?
- No sé el nivel de chavales que puede haber en Euskadi. Desde 2008 no se puede decir que haya visto mucho a los jóvenes. Sí hay uno al que ví el año pasado en Zamora que me llamo la atención, se apellida como tú, Miguel Ángel Benito. Si no se lo cree tiene buena pinta de corredor.

- ¿Siente añoranza de los años que ha dejado atrás? ¿Piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor?
- El equipo Kelme costó 3,5 millones de euros en 2003. Ahora ese mismo equipo valdría 12 millones de euros. Uno de los problemas que yo veo es que hay que pagar mucho para poder tener un equipo, y no me refiero a ciclistas o equipo auxiliar. El día que las empresas de bicicletas, las grandes multinacionales y las otras se cansen, ¿a dónde vamos a parar? El 60 por ciento del mercado está en manos de ellos. Antes no tenían tanto peso en un equipo. Yo he sido un enemigo profundo del UCIProTour desde que salió. Ya se están viendo los resultados. Para sacar un equipo hace falta una millonada y los costos se disparan. Antes, siendo un equipo batallador te invitaban al Tour.

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