Los contestanos cumplieron ayer con la tradición del Día de la Inmaculada. Familias y grupos de amigos subieron andando, en bicicleta o en coche hasta la ermita de Santa Bárbara para desayunar la «corriola», que es pan redondo con longaniza roja.
Como cada 8 de diciembre, Cocentaina celebra la popular fiesta de la «corriola». Así que ayer, bajo un sol radiante aunque con temperaturas bajas, muchos contestanos realizaron una excursión desde el casco urbano hasta el paraje, situado en la Sierra de Mariola, para participar en este evento. La Colla de Dolçaines i Tabals Mal Passet de Cocentaina realizó un pasacalle desde la plaza del Pla hasta la ermita, donde amenizaron la mañana con la interpretación de varias piezas musicales.
Tras la llegada a la zona de la ermita, que data del siglo XIII, los asistentes se concentraron en las diferentes mesas y en los bancos que hay en este enclave natural para comer el pan redondo-que recuerda la forma de una polea- con la longaniza roja, que allí denominan «volteta», según explicaron algunos de los participantes. Dos ingredientes que las panaderías y carnicerías del municipio elaboran para la ocasión.
En este enclave también se pudo ver que mientras unos reponían fuerzas degustando la «corriola», los niños jugaban por el paraje y otros se acercaban al interior de la ermita -que solo se abre para este festivo- para participar en otra costumbre, que no es otra que voltear la campana.
Esta tradicional celebración se cerró con un cuenta cuentos y con una misa de campaña.

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