Los incendios registrados la semana pasada en el término municipal de Alcoy no han hecho otra cosa que poner de manifiesto una vez más que Mariola, uno de los paraísos botánicos más valiosos de la provincia y el conjunto de la Comunidad Valenciana, es una sierra históricamente azotada por el fuego. Nada menos que 8.000 hectáreas han sufrido las consecuencias de las llamas en los últimos 36 años, lo que sin lugar a dudas en cualquier paraje supone una catástrofe medioambiental. El hoy parque natural, sin embargo, ha demostrado una increíble capacidad de regeneración natural, recuperándose una y otra vez de los efectos devastadores del fuego.

Los incendios han sido y siguen siendo la principal amenaza de la Sierra de Mariola, como así lo demuestran las cifras históricas. Ese fue uno de los motivos que en 2002 propiciaron la declaración de 17.000 hectáreas de este espacio como parque natural, en una medida para la que fue necesario poner de acuerdo a los municipios de Alcoy, Cocentaina, Muro, Agres, Alfafara, Banyeres y el valenciano de Bocairent.

Pese a que desde entonces las medidas de prevención mejoraron, exceptuando los últimos recortes en materia de brigadas, el problema ha seguido vigente, aunque cierto que no con la magnitud de antaño. Y es que algunas de las 8.000 hectáreas que han ardido en estos 36 años lo han hecho de manera reincidente. El incendio más devastador fue el de 1994, cuando las llamas se llevaron por delante nada menos que 3.200 hectáreas entre Bocairent, Banyeres y Alcoy.

También fue muy negativo el siniestro que el 15 de agosto 1980 arrasó 1.900 hectáreas entre la Font de Mariola y el Montcabrer, o el que ese mismo año, el 12 de octubre, quemó otras 950 entre el propio Montcabrer y Cocentaina. En 1986 ardieron 700 hectáreas en Sotarroni, y en 1978, cuatro incendios distintos calcinaron 618. Desde que la zona se declaró parque natural, el fuego de mayor envergadura que se ha producido es el que quemó 550 hectáreas entre Alcoy y Cocentaina en 2012.

Pese a todas estas incidencias, la capacidad regeneradora de Mariola, favorecida por las condiciones de humedad que presenta el paraje, se ha puesto de manifiesto una y otra vez. Sólo las zonas de Sotarroni y Gormaig, azotadas en más de una ocasión por el fuego, presentan un elevado estado de degradación. Serelles, por ejemplo, está rebrotando de forma óptima, y ello a pesar de que que no han llegado las ayudas correspondientes.

M.Vilaplana www.diarioinformacion.com