El sector provincial de la cereza va a arrancar la campaña y, de entrada, lo hará con 800.000 kilos menos de producción como consecuencia de la sequía. El 10% del arbolado está dañado por la falta de lluvias, por lo que la cosecha sólo podrá alcanzar los 7 millones de kilos en el mejor de los casos. Ahora falta por ver cómo evoluciona el cultivo en las próximas semanas, después de una floración que se ha comportado de manera irregular.

Tal y como se temía, la sequía que asoló la provincia durante el año pasado va a tener consecuencias sobre la cosecha de cerezas. Las lluvias registradas a principios del ejercicio actual han aliviado levemente la situación, pero no han podido hacer mucho por 30.000 cerezos, el 10% del total, que directamente se han secado o han quedado muy dañados por la racanería pluviométrica.

El fenómeno ha afectado a árboles de todas las edades. Desde ejemplares adultos en plena producción que no han podido soportar la sequedad, hasta otros acabados de plantar que no han arraigado por la falta de humedad. El problema, además, está bastante extendido, aunque ha sido más acusado en las zonas en las que no hay regadío, situadas principalmente en el norte de la provincia, como es el caso de l'Alcoià, El Comtat o la Marina Alta.

Sea como fuere, y según las fuentes del sector consultadas por este diario, la situación en la que se encuentran estos árboles propiciará que, de entrada, la campaña arranque con un descenso de la producción de unos 800.000 kilos, siempre tomando como referencia el máximo potencial de los mismos.

Así las cosas, la cosecha sólo podrá alcanzar como máximo los 7 millones de kilos, y siempre y cuando las condiciones meteorológicas respeten la evolución del cultivo durante las próximas semanas.

De momento, hay un indicador positivo, y es que durante el invierno ha hecho el suficiente frío para que los árboles descansen de manera adecuada. Por contra, la floración se ha comportado de manera irregular, dado que hay algunas zonas productoras en que los cielos cubiertos han dificultado la polinización por parte de las abejas.

También habrá que esperar a ver si hay precipitaciones. Y es que, paradójicamente, si el arbolado está esperando con ansiedad las lluvias para aliviar la sequía, ésta también son el principal enemigo de las cerezas si se registran en plena campaña de producción, dado que la humedad las agrieta y las deja inservibles para la comercialización.

M.Vilaplana  www.diarioinformacion.com