Romu Agulló regenta una peluquería de caballeros en Cocentaina, un pequeño pueblo en el interior de la provincia de Alicante donde nació, creció y al que tuvo que regresar tras finalizar sus estudios superiores de Música, su verdadera pasión desde los siete años. Una beca le había abierto las puertas de una carrera internacional pero el destino tenía otros planes para él. "Al ser hijo único y con padres mayores surgieron complicaciones que me obligaron a replanteármelo todo. Pero es una decisión de la que no me arrepiento".

Una de las recompensas que Romu Agulló ha obtenido es el reconocimiento de su trabajo, tanto en su propio hogar como en la otra punta del planeta. Hace un año viajó a Estados Unidos para recibir el premio al mejor tema new-age/ambient en losHollywood Music in Media Awardspor su tema 'Atardecer en el Mediterráneo' y el próximo 11 de noviembre volverá al Teatro Fonda, en pleno paseo de las estrellas de Los Ángeles, ya que está nominado para los mismos galardones por la pieza'Sueños', también incluida en el álbum con ese mismo nombre.

Además, otras dos composiciones de ese disco han sido distinguidas en otros premios de la industria estadounidense, los Global Music Awards, (centrados en el trabajo de músicos emergentes de la esfera independiente). El pasado mes de marzo se llevó la medalla de bronce en la categoría instrumental new-age por el tema "Flores de Mariola", mientras que un mes después conseguía la medalla de plata en la misma sección por "Pensando en tí".

Reconoce que tiene muchas ganas de volver a Los Ángeles, en parte porque la estrambótica maquinaria hollywoodiense ya no le pillará por sorpresa . "Cuando llegamos el pasado año estábamos absolutamente perdidos y los organizadores nos llevaban al retortero: ahora el photocall, ahora las entrevistas... Entramos al teatro a las cuatro de la tarde y salíamos a la una de la madrugada con la barriga vacía. Yo sólo pensaba: ¿Aquí qué pasa, que no se cena?", admite.

Las canciones de Romu Agulló reflejan "una vida tranquila, de pueblo, en contacto con la naturaleza y con el Mediterráneo" y están impregnadas de los aromas de la sierra de Mariola, a cuyos pies reside. Posiblemente estos son los motivos por los que no se plantea dedicarse a la música de forma profesional. "Los viajes continuos o la posibilidad de ser famoso me podían atraer cuando tenía 22 o 23 años pero ahora no tengo ninguna pretensión. Sólo planteármelo me asusta", asegura.

A pesar de todo, la música ha sido siempre su combustible. Desde un estudio profesional en su propia casa ha editado durante estos años varios discos que él mismo ha compuesto, grabado y financiado. "Invierto en música pero no para sacar dinero ni para hacer negocio, sino por los beneficios morales y emocionales que me proporciona". Esa pasión siempre le acompaña porque cuando no está trabajando en ella, "me dedico a estudiar, fusionar, investigar, tocar la guitarra o escuchar a otros", reconoce. Además de contar con un equipo habitual de músicos, intenta siempre incorporar a nuevos talentos, gente a la que sigue y a quienes traslada "mi emoción y mi manera de sentir la música".

Y pese a su éxito, tiene una norma clara: nunca pone su música en la peluquería. "Me da cierta vergüenza porque pienso que la gente viene a que le corte el pelo, no a que les de la tabarra con mis canciones", explica entre risas. No obstante, para todo aquel que quiera escucharlos, comparte sus temas en las redes sociales. "No los cuelgo únicamente cuando están acabados, sino que también comparto los progresos que vamos obteniendo durante la creación de cada pieza".

www.elmundo.es  -  Daniel Moltó  - Twitter  @danielmolto